No a veces pienso


No a veces pienso. Siento:

la voz es carcajada siempre. Siempre me río. Río.

cuando tenía 5

años mi papá me hizo cruzar un río, para

aprender a nadar. Yo me hundía

cuando abría los ojos no siempre veía el cielo

todo turbio cuando los ojos abría debajo del agua del río.

Pero no siempre no a veces pienso. Digo:

boca abrimos la boca. De nuestra boca

se asoma la lengua. A veces tiene baba:

caminaba por un bosque de aromo, lleno de ramas

el suelo es más blando juraba a pies hundidos pocamente

en el humus de aromo, de todas

sus ramas, alambres de púas

(porque ya existía la propiedad privada).

Mi hermano siempre andaba en bicicleta.

Tenía 11 años. Y se cayó, en los alambres de púas.

Se le enredó la cadena. Y se cayó.

Aquí quedó la bicicleta. A veces yo la miro, ahora.

Yo encuentro que no ha cambiado mucho,

casi nada. Como a las 5 la miro,

prendo un cigarro. Y la miro. Tiene una hilacha

amarilla. Creo que no es de mi hermano. Fumo.

Pongo el poto en el humus, de aromo, de sus ramas,

amarillas. Aunque sí para qué no a veces pienso.

Nado bicicleta ramas, amarillas. Debajo del agua del río

andaba en bicicleta lleno de ramas en el humus de aromo

no siempre veía el cielo me hizo cruzar un río.

Y se cayó lleno de ramas. Cuando quizá gracias a veces no pienso.

Como a las siete siempre miraba el sol,

de frente, un buen día me di cuenta

que cada vez que lo miraba, cuando lo miraba

Me quemaba los ojos.


Juan Carlos Vergara

2 comentarios:

Unknown dijo...

ni a veces pienso ni a veces hablo ni a veces saludos

el enemigo dijo...

me gusto harto este poema. Tiene ritmo, cadencia. Me gusta como trata las palabras, pocas pero hartas veces y cercanas entre sí. familia, hermanos, lugares detenidos aún frente al paso del tiempo. me recuerda que existen realidades mucho mas reales que aquella en la que habito.