XXIV
no termina de caer
espanta
la milagrosa carajeta
que vestía su pocilga
en todo comienzo en todo
me espanta su dicha en la vereda
de las ganas eternas en
este mientrastanto sublime
espanto el saludo ocioso de tu
aroma y a aire
eso niña, no termina de caer
de las huestes que nos convencieron
de las bombas que nos verán desde
el aire
Osvaldo Daza
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